Los tampones están sujetos a un 19% de IVA, como el caviar. Pero esto no es noticia. El impuesto rosa lleva años cobrándose cientos de titulares como un fenómeno global de discriminación económica basada en el género.
Este recargo, la conocida “tasa rosa”, implica que las mujeres pagan un sobreprecio en determinados productos similares o muy parecidos a los dirigidos a los hombres, principalmente en los de cuidado personal -las versiones femeninas de determinados perfumes son más caras que los modelos para hombres, por ejemplo-.
Los artículos que cubren necesidades fisiológicas deberían contar como productos de primera necesidad, tener el precio que corresponde y el impuesto adecuado. Nada más lejos de la realidad.
ONU Mujeres estima que un 26% de la población mundial está en edad reproductiva. A saber, unos 1.800 millones de mujeres que mensualmente menstrúan durante un lapso de entre dos y siete días.
Pero ni siquiera esas cifras han conseguido que la regla sea algo normal. Rentable desde luego no resulta.
La empresa alemana de tampones ecológicos The Female Company alega que su producto hace frente a “un impuesto injusto y discriminatorio”. El IVA de Alemania para la mayoría de artículos es de un 19%, aunque hay una selección de ellos que gozan de un impuesto reducido del 7%, como los libros o las flores. Para eludir esta tasa han llevado a cabo una maniobra muy inteligente y 100% legal: vender los tampones dentro de libros.
The Tampon Book (El libro del tampón), a la venta en su web, cuenta con 15 tampones y 46 páginas de papel ecológico donde se recogen relatos sobre menstruación de la activista Alicia Lauger.
Para sustentar el precio se aminoraron los costes de producción imprimiendo solo en los colores blanco, negro y rojo.
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