Joe odia Los Angeles. Sin embargo, debe permanecer en la otra punta del país ya que el “fantasma de las navidades pasadas”, su ex Candace (Ambyr Childers), le acorrala en Nueva York.
Nueva vida, nuevo nombre y, durante gran parte del primer episodio de la segunda temporada de You, nos hace creer que ha cambiado. Joe ha vuelto y es todo un placer. 🙌
Creada por Sera Gamble y Greg Berlanti, You llegó hace un año al catálogo de Netflix como toda una sorpresa. Una serie pequeña para un canal de cable conocido (Lifetime) y que había destacado entre el público. Fue la obsesión tardía de 2018 y esta segunda temporada, recién aterrizada en la plataforma, vuelve a reivindicarse como la obsesión de 2019.
Así, en estos nuevos episodios vemos a Joe (Penn Badgley) adquirir un nuevo nombre, Will, alquilar un apartamento y conocer a Love (Victoria Pedretti), el nuevo “amor de su vida” en lo que se intenta autoconvencer continuamente de que ha cambiado y que el viejo Joe se ha quedado en Nueva York.
También tendremos por ahí a Delilah (Carmela Zumbado), periodista y vecina que vive con su hermana pequeña Ellie (Jenna Ortega), con las que Joe sentirá el deber de protección; el cómico con oscuro y perverso pasado Henderson (Chris D’Elia); el desastroso pero amigable hermano de Love, Forty (James Scully); y el auténtico Will (Robin Lord Taylor) a quien Joe mantiene secuestrado. 😬😬
A parte del cambio de escenario, la mayor diferencia entre temporadas radica en que la personalidad y las características de Love están fuertemente establecidas desde el principio, para que sepamos que es una mujer (la chica guay, de hecho) con las cosas muy claras. No es como con Beck, que era más neutral e insegura.
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Esto otorga otra capa de interés al desarrollo de la trama. Joe ya no pretende ser un romántico empedernido sino que se encuentra descolocado. Está como fuera del agua, sin saber muy bien cómo reaccionar ante su nueva situación.
Esta segunda parte de You conserva todos los ingredientes que la hicieron adictiva, turbia y más compleja de lo que parece a primera vista. Incluyendo ese uso de la voz en off que es ya seña de identidad.