Si has leído últimamente las noticias deberías saber quién es.
A sus 16 primaveras, Greta Thunberg tiene un espacio reservado en la Organización de las Naciones Unidas para exigir compromisos nuevos, concretos y urgentes contra la «crisis climática» a más de 60 líderes internacionales (entre los que se incluyen Angela Merkel, Emmanuel Macron, Boris Johnson y, por supuesto, Pedro Sánchez). Se ha plantado en la Cumbre del Clima de Nueva York apoyada por miles de jóvenes que el pasado fin de semana se manifestaron en las grandes ciudades de todo el mundo.
Greta Thunberg es la poderosa voz de toda una generación y la impulsora del movimiento FridaysForFuture, inspirado en la huelga escolar que inició hace un año delante del Parlamento sueco con la clara intención de revertir el cambio climático. Ella simboliza la indignación que muchos sentimos sabiendo que vamos a sufrir la crisis medioambiental más, mucho más, que nuestros antecesores.
El otoño pasado, cuando arrancó su protesta para frenar el calentamiento global, logró asistir a la cumbre de Davos y también consiguió ocupar la tribuna de oradores en el Congreso de Estados Unidos. Recientemente se ha reunido con Barack Omaba y con el presidente francés Emmanuel Macron.
Y aún no tiene 17 años.
Hasta está nominada al premio Nobel de la Paz.
“Me llamo Greta Thunberg y soy militante climática. La mayoría de políticos no quiere hablar con nosotros. Muy bien, nosotros tampoco queremos hablar con ellos. Queremos que hablen con los científicos, que les escuchen, porque nosotros repetimos lo que llevan diciendo décadas”.
Fridays for future. The school strike continues! #climatestrike #klimatstrejk #FridaysForFuture pic.twitter.com/5jej011Qtp
— Greta Thunberg (@GretaThunberg) September 16, 2018
Greta Thunberg es clara y contundente en su discurso, y no ha dudado en reprochar la actitud de políticos y funcionarios en todos los actos y lugares en los que ha hablado hasta la fecha.
Aquella estudiante de 15 años que dejaba de ir a clase para concentrarse frente al Parlamento sueco es ahora un icono mundial en la lucha contra el cambio climático.
Un extraño ídolo de masas cada vez más carismático.