Es evidente que el debut del diseñador francés al frente de CELINE (antiguo CÉLINE para los recién llegados) no convenció a gran parte de la crítica.
Muchos de los amantes de la firma vieron en Slimane una amenaza al presenciar como trataba de borrar gran parte del pasado de la firma, tomando un rumbo opuesto al dictado por Phoebe Philo.
El ex director creativo de YSL siempre se ha caracterizado por imponer un estilo propio en las casas de moda para las que ha trabajado, y en declaraciones previas al polémico desfile para CELINE recalcaba: “La entrada en una firma no implica imitar el trabajo del predecesor”. Sin embargo, no todos los seguidores del antiguo Céline respaldan a Slimane en esta nueva etapa, y así lo han manifestado desde que se comunicó su incorporación a la maison en Enero de este mismo año.
Creada hace apenas 1 mes, la cuenta que se define en su bio como “Un homenaje a Phoebe Philo al frente de Céline: 2008- 2018” ya acumula más de 65 mil seguidores, con apenas 30 publicaciones.
¿Conseguirá la presión social acabar con el diseñador? ¿Será la “Era Slimane” el fin de Celine? ¿O tal vez incremente las ventas, como ya hizo en YSL?
Lo que está claro es que, independientemente de lo que pase, el nuevo CELINE ha reabierto un debate que siempre ha estado presente.
¿Deben los diseñadores “someterse” al estilo de la firma para la que trabajan o, por el contrario, mantenerse fieles a su personalidad con independencia del legado de la marca?
Texto: David Alarcón
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