El pasado mayo, la artista rusa Nina Kraviz se convirtió en la primera DJ internacional en tocar de manera oficial en la Gran Muralla China.
Un amanecer histórico y toda una declaración de intenciones en clave de techno.
Y es que este género está causando un boom entre el público Chino, afianzándose en el país. Una oportunidad que Nina no podía dejar escapar para desafiar al gobierno Chino. ¿La excusa? Los jóvenes ignoran la belleza y maravilla antigua, como es la Gran Muralla, pero probablemente quieran saber más si se presenta esto con un método más innovador.
Además, esta actuación fue transmitida en vivo sobre una de las emblemáticas torres de vigilancia del lugar, bajo un acuerdo especial con los operadores de Mutianyu. Es realmente curioso, ya que el set, que grabaron drones, se retransmitió a través de Facebook, una plataforma vetada por el gobierno. Y es que, allá por los 80, curiosamente sí se celebraban festivales en un momento de apertura. Pero al cabo de los años, el gobierno tuvo choques culturales con occidente. Bueno, eso, y el poco respeto hacia los monumentos durante el Festival. Pero parece que ahora, se está volviendo a permitir este tipo de acciones culturales.
La sesión de Nina, tal y como ella explica, consistió en un set contemplativo y profundo, toda una experiencia. Su plan era crear un ambiente psicodélico. Desde allí, el sol salía sobre las montañas para revelar la Gran Muralla, vacía de turistas. Aunque su sello discográfico трип es conocido por organizar fiestas en lugares exóticos, Nina dice que esta salida del sol ha sido uno de los momentos más interesantes de su carrera. Para ella, lo emocionante de su música es la conjunción del tiempo, el lugar y la multitud, y es lo que define el enfoque de sus temas. Melodías interesantes, difíciles de predecir.
Para esta artista rusa, no sólo fue una oportunidad para presentarse ante los fans chinos. Aunque es cierto que cada vez crece más la escucha de dance y techno, esto fue una declaración de intenciones.
Nina ha sido, históricamente, la representante del poder femenino en una ubicación completamente masculina.
El evento, que cerró al amanecer, fue para los asistentes “un recuerdo que perdurará el resto de nuestras vidas”. Lo parezca o no, Nina ya ha derribado parte de la Gran Muralla, rompiendo fronteras y uniendo culturas.
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