Plasencia, Jarandilla de la Vera,
El objetivo: una grada de hormigón del típico campo de futbol 11 de tierra que hay en cada pueblo de nuestro país. El día anterior Piro había pintado ya la mitad con unos chavales del instituto.
Piro llenaba cubos de agua con una clase de educación física de fondo. Era una clase en toda regla, profesor con chandal Kappa, cronómetro y carpeta. Un niño grita “¡No puedo más!”.
El Lorenzo pegaba bien y el Mister empezó a pintar mientras los chavales daban vueltas al campo de fútbol. Estaban más pendientes del artista que del profesor. Yo le tiré unas cuantas fotos en analógico y enseguida empecé a grabar el vídeo. Da gusto trabajar al aire libre. Después de tres horas, Piro nos llevó a casa de su abuela en el mismo Jarandilla. Yo pienso: “oh, dios mío, comida de abuela”. Así fue. Llegamos y ahí había unas croquetas y unas migas bien extremeñas esperándonos. Hecho todo con mucho amor, como sólo las abuelas saben.
Llenos y a gusto volvimos al lío. El día empezó a ponerse gris aunque las gradas cada vez tenían más color. Sobre las siete, ya estaba casi terminando. Empezó a llover, recogimos y nos fuimos a Plasencia a casa de su madre, que me llamaba Vladimir. No se quedaba con mi nombre, ¡igual me lo vuelvo a cambiar! Me gustó mucho conocer su tierra y a su familia, todos hicieron que el día fuese genial.
https://vimeo.com/260030506
Texto & Fotos: Larry Balboa
#WAG1MAG