Hace unos días estuvimos en el estreno de la nueva versión de La Bella y la Bestia.
Me dirigía al cine lleno de prejuicios, debo confesar, supongo que por culpa de los últimos remakes de la casa Disney que no han hecho otra cosa que decepcionarme (seamos sinceros, la última versión de La Cenicienta fue un absoluto sopor).
Así que igual fue porque éste es uno de mis clásicos Disney favoritos o porque asistí con pocas expectativas pero la verdad es que La Bella y la Bestia (2017) me encantó.
Antes que nada, no te acomplejes, aunque no tengas 8 años puedes ir al cine a verla, francamente la sala estaba llena de “niños” de 20 y 30 años disfrutando como si fueran eso, niños.
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Son varios los factores, que según mi parecer, concluyen en que esta versión sea un éxito en taquilla. El primero y el mas obvio es que es un título que ya conocíamos, y aunque yo no soy nada fan de los “refritos” sabemos que siempre generan expectación, ¿a ver si están a la altura de la original, no?
Otro factor es el tipo de remake. Manteniendo las mismas piezas musicales de Alan Menken, una construcción de personajes casi idéntica a los originales y una edición y un diseño de producción muy fieles a la primera versión nos llega, como resultado, un film que está más cerca de un musical de Broadway que de una sencilla traslación 2.0.
Además se le añaden 40 minutos a la duración original y eso, inevitablemente, hace que tengamos más tiempo para empatizar con los personajes y comprendamos mejor algunos hilos secundarios.
Pero creo, que sobre todo es la elección de Emma Watson para el papel de Bella, nadie mejor que ella para caracterizar a la clásica princesa Disney y dotarla (aún más) de carácter, de valor, de independencia y de dignidad.
Esta nueva película, adaptación de Bill Condon, repite los patrones de la clásica pero añadiendo ese je ne sais quoi (como diría Lefou) que la hace mucho más que una simple copia de la versión de 1991.
La mezcla de realidad y efectos especiales está muy bien hecha, tanto la Bestia como el resto de objetos-sirvientes empastan a la perfección con los decorados y con los actores. (No, nada que ver con los seres animados de La Brújula Dorada #sorrynotsorry ). Estos nuevos personajes animados mantienen una estética elegantísima, siendo fiel a su figura clásica de dibujo animado pero llevándolo a la verosimilitud de una película en live-action.
¿Y la música? sensacional. Ya suponía que la película estaría llena de momentos musicales, obvio, es de Disney, pero no esperaba que fueran incluso mejor que los originales. “Be Our Guest (Qué festín)” es espectacular, pero de forma literal, un espectáculo, digno de ser un fragmento de Wicked y “Beauty and the Beast (Bella y Bestia son)”, la pieza estrella de la banda sonora está más que a la altura, la verdad, me erizó la piel.
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El elenco es puro Hollywood, tras las animaciones se esconden actores como Dan Stevens como Bestia, Luke Evans como Gastón, Ian McKellen como Din Don, Ewan McGregor como Lumiere, o Emma Thompson como Sra. Potts… ¡Incluso Celine Dion o Ariana Grande participan en la banda sonora! (En canciones secundarias o de promoción, pero oye, ahí están)
No me puedo olvidar de destacar un par de “logros desbloqueados” por parte de la casa Disney. Primero darles la enhorabuena por incluir todo tipo de pieles en el reparto. Tanto en los papeles de nobleza como en los del pueblo aparece gente de todo tipo de etnias. Y aunque los más escépticos argumentan que en el siglo XVIII no había realeza de color, claramente tampoco había candelabros que hablaban ni teteras que cantaban. Considero que es un mensaje de diversidad muy acertado que aporta valores de respeto e igualdad a los espectadores más jóvenes.
Y hablando de diversidad también debo señalar la representación LGTBI+️ en el film. Sin spoilers cabe decir que el colectivo se ve escenificado de una forma natural, cómoda, respetuosa y con un toque de humor. ¡Ya era hora⏰ !. Es de agradecer que Disney colabore en darle a este colectivo la presencia y relevancia que le corresponde.
Números musicales increíbles, actrices y actores alucinantes, decorados y caracterización más que deslumbrantes y una animación espectacular hacen que, al menos para mi, La Bella y la Bestia sea una película muy recomendable. Si no la has visto y vas a verla, te advierto, te volverás a enamorar de aquella historia de tu infancia❤. Pero eso sí, tiene un efecto secundario, te pasarás el resto de la semana tarareando “se oye una canción… tiri-riri-ri…”