Hace tiempo compartí una reflexión por redes sociales, sobre la pregunta «¿Nos imponen este frenesí constante o somos nosotros mismos?» Y de repente mi muro de Facebook era un debate que apuntaba a que nos han impuesto que nosotros mismos nos castiguemos si no estamos lo suficientemente ocupados.
Nos han alienado para ser nuestros propios jefes, para sentirnos mal en los ratos de reposo y de descanso.
Hoy hablamos con un grupo de millennials, creadores, pluriempleados, artistas, comunicadores, en definitiva: humanos 360 buscando sobrevivir a esta sociedad que no descansa. Y con ella, no descansamos ninguno de nosotros.
Comenta Peter de la marca PETER STUDIO:
“Trabajo de dependiente para poder tener las cosas básicas que cualquier humano necesita.
Y a mayores trabajo en la marca, que es con lo que me siento realizado como persona, y es mi sueño. Es duro, pero hay que luchar por ello, ¿no?. Ves cómo la gente no te valora porque eres una marca pequeña, no sabe nada sobre ti, pero a la vez no hacen nada por acercarse. Pero porque prefieren las cosas que siempre han estado. Van a lo seguro, y ya está.”
El diseñador nos habla de cómo la sociedad actual en cierto modo sigue con los mismos patrones de antaño. Haciendo de carreras como el diseño o las artes, un camino muy duro para seguir. “Son carreras muy nuevas, que se están generando ahora mismo y no hay nada estipulado. Por lo general las grandes empresas no invierten dinero en lo relacionado con lo creativo, pero a la vez saben que es muy importante en una sociedad en la que una imagen potente es fundamental.”
En una realidad en la que nos hemos visto obligados a combinar proyectos profesionales propios con trabajos que puedan mantener dichos proyectos, la conciliación entre ambas lleva a que de poco descanso podamos disfrutar. “Las jornadas laborales suelen ser tan intensas y de tantas horas que es muy difícil de compaginar con un proyecto personal. Se puede hacer si te tomas tu segunda jornada laboral, la relacionada con tu proyecto personal, como ocio o como un divertimento. Porque después de mínimo 8 horas delante de un ordenador, como es mi caso, cuando llegas a casa seguir haciendo lo mismo es la muerte… Depende de la motivación que tengas.“
Yeray, de Valle Eléctrico nos propone algo clave: motivación.
Al fin y al cabo, seguir adelante pese a la falta de descanso, recompensas o consecución de objetivos es difícil si no cuentas con una buena motivación detrás. “Sobre todo cuando coinciden picos de trabajo te replanteas si merece la pena seguir con tu proyecto personal ya que económicamente no te aporta prácticamente nada y lo que te sostiene es tu trabajo. Pero busca la forma de seguir haciéndolo a otro ritmo ya que en él te puedes desarrollar de otra forma. Nosotros con Valle Eléctrico este año nos hemos propuesto bajar el ritmo y ser más constantes”.
Llega un punto en el que no solo nos hemos pasado a los NINI sino que nos hemos convertido en SISI, personas que estudian y trabajan a la vez.
Charlamos con Soffmm, que combina sus estudios con su trabajo en Pelonio.
“Intento siempre establecer unos horarios sobre todo entre semana para poder más o menos llevar todo al día, y siempre utilizo una agenda o las notas del móvil para apuntarme todo lo que tengo que hacer. (…) Trabajar en Pelonio me gusta porque es hacerlo en el acto y me olvido, en cambio en la universidad siempre tienes que estar que si trabajos, que si clases, exámenes… Me quita más tiempo y ni siquiera es gratificante.”
Por si no fuera poco lo que tenemos que aguantar, los millennials y los Z seguimos siendo vistos como los vagos. Los jóvenes que no hacen nada y se pasan el día en Internet, sin saber que hoy en día vivimos y trabajamos en un 99% a través de la web.
Nos comentaba la DJ y PR que está revolucionando Instagram Stories. “Creo que hay una desconexión brutal entre ambas generaciones, actualmente existen muchos trabajos que hace diez años no existían así que por esa parte puedo entender ese tipo de comentarios. Pero es bastante frustrante que te mates a trabajar pero al no ser un trabajo ‘convencional’ no se entiende que puedas estar agotado o agobiado.” Opina el componente de Valle Eléctrico.
Soffm también tiene algo que decir sobre este tema: «para nada tienen en cuenta la presión a la que estamos sometidos ya que a la gente de generaciones antiguas le ha resultado muy cómodo quedarse con ese cliché de ‘los jóvenes todo el día sin hacer nada y con la p*** maquinita’.
Al final se trata de deseos y sueños que se han convertido en nuestro objetivo. Por lejos o cerca que esté, seguimos trabajando aunque podamos parecer los “vagos”. Las profesiones y el mundo laboral han cambiado mucho y hemos creado unas expectativas profesionales tan altas que nosotros mismos nos estamos imponiendo demasiado. ¡Pero hay esperanza! Citando a Yeray en una de las frases que más me ha tocado de todo este artículo: ser ambicioso acaba siendo una consecuencia de esa presión, de exigirte más y más para llegar a lo que parece relevante socialmente. Creo que tenemos que reprogramarnos para ver las cosas con perspectiva y no frustrarnos.
Aunque reprogramarnos suene complicado, cabe recordar que todos nos hemos sumergido en un circuito de noches sin dormir, ambiciones que se ahogan en cerveza un domingo y en no puedos. Termino con esta reflexión de Peter: las inseguridades que nos imponemos socialmente de forma indirecta son un muro que no nos deja ver, y además nos hace sombra.
Te paraliza, pero un día dices: ¿si tan siquiera he hecho todo lo posible? Pues tengo que hacer más. Y es por este tipo de cosas. Somos más fuertes de lo que creemos, y tenemos que crear nuestros propios espacios en el mundo.
Texto: Pelayo Sailor
#WAG1MAG