entrevistamos a @EUGENIA TENENBAUM #8M2019

Eugenia Tenenbaum relata cómo su perfil de Instagram nació de una gran necesidad por expresar mediante la fotografía y el texto aquello que la movía y la producía algo especial por dentro, tanto bueno como malo. 

 Un ejemplo es su sección “#HoyAprendí” de sus historias de IG, que nace por la inspiración del twitter de @bollistuff que tenía una iniciativa parecida, y con este espacio Eugenia busca promover su propio aprendizaje y el de sus seguidoras.

“Llevando la sección a cabo, he descubierto que puede ser hasta terapéutico conocer determinados términos, ya que cuando ponen nombre a algo que conoces pero que no sabías verbalizar te sientes menos fuera de lugar. Por la misma razón comencé hace poco una sección de vocabulario feminista desde una perspectiva de género, porque creo que nombrar las cosas es una buena manera de empezar a combatirlas».

Te apasiona reflexionar sobre el papel de la mujer en la historia del arte, ¿cuáles son las conclusiones más importantes que has sacado a lo largo de tus estudios? 

En realidad, creo que lo más curioso de las conclusiones es que a día de hoy es complicado llegar a alguna que no haya sido ya meticulosamente analizada en el pasado por alguna mujer, sobre todo en la década de los 70 y los 90. Lo cual me cabrea bastante, ya que son textos y bibliografía que no nos suelen facilitar como conocimiento básico en ninguna etapa educativa. Por eso creo que lo más importante que he aprendido es que se ha invisibilizado de manera sistemática a las mujeres de la historia de muchas disciplinas (la del arte incluida) y que todo esto ya era denunciado hace más de 30 años por historiadoras del arte como Linda Nochlin o artistas como Judy Chicago.

¿Has sentido que a lo largo de ellos ha habido sexismo en la programación del curso? Si es así, ¿en qué lo has notas notado?

He notado un sexismo inconsciente: nadie se extraña de que no haya referentes femeninos en los temarios de sus disciplinas hasta que se para a pensarlo y, sobre todo, a contarlos. Es triste, pero tenemos tan normalizado que no ha habido grandes mujeres en todas y cada una de las disciplinas que nos pasamos gran parte de nuestra juventud sin ni siquiera echarlas de menos en los libros; pero deberían estar, porque no es que no haya habido grandes mujeres artistas, es que casi nadie se ha interesado por hablarnos de ellas.

¿Cómo ves la figura femenina en el arte a día de hoy? ¿Crees que las redes sociales han colaborado en la transformación de esa imagen?

Igual que a finales del siglo XX con la salvedad de que, hoy en día, la crítica hacia la invisibilización de las mujeres está constantemente en el caldero, y muchas estudiantes jóvenes estamos haciendo lo que podemos por ampliar el discurso y difundir testimonios que deberían haber sido considerados cruciales. Es probable que en unos años realmente se vean cambios evidentes, pero actualmente los porcentajes de mujeres artistas en ferias como ARCO o museos como el Prado sigue mostrando una realidad muy distinta. ¿Se habla más de ello? Sí, por supuesto, ¡y menos mal! Pero el cambio real, en mi opinión, sigue siendo inexistente. La gente sigue sabiendo quién es Rubens pero no quién es Clara Peeters o Artemisia Gentileschi, y tanto en los institutos como en las universidades, si se habla de mujeres, es de manera puntual o por iniciativa del profesorado de forma individual.

¿Cuáles son tus referentes? ¿A qué mujeres admiras?

Me considero afortunada de que no me falten referentes femeninos, empezando por las mujeres de mi familia: mi madre, mi abuela y mi tía-abuela, a las que admiro y quiero con todo mi corazón, continuando por mujeres excelentes que he sentido que me tendían la mano con sus escritos o con sus obras a lo largo del tiempo.

También sueles compartir a artistas pequeñas para darles visibilidad, ¿por qué crees que es importante?

La pregunta es: ¿por qué no? Creo que el talento no siempre va ligado a determinada visibilidad. De hecho, muchas veces ambos factores no se corresponden. Por eso comparto aquello que me impresiona, me hace pensar o me conmueve, independiente de si la persona que está detrás tiene X o Y número de seguidores. También supongo que porque a mí me gustaría ser juzgada en base a la calidad de mi contenido y no a la cantidad de personas que me siguen, y porque entiendo que con un algoritmo como el de IG a veces la única manera de crecer o dar a conocer lo que haces es de esa forma. De cualquier manera, tampoco soy un panel publicitario, por tanto sólo recomiendo cuentas que yo sigo personalmente y cuyo trabajo admiro, no me gusta la gente que me escribe única y exclusivamente para pedir difusión.

Sin duda las redes sociales se enriquecen gracias al trabajo realizado por mujeres como Eugenia, y nos encanta que haya jóvenes como ella que quieran apostar por un uso de Instagram diferente, didáctico y lleno de creatividad.

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#8M2019

Fotografía: Cora Alvarez

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