«los EMOS de DEBOD me dan EMORROIDES» by MAGNUS

Magnus nos habla sobre la cultura EMO y su opinión sobre ella.🖤

 

Buenas, queridas y queridos lectores de WAG1. Mi nombre es Magnus Von C (@Oficial_Magnus) y soy escritora en la revista digital feminista Supongo que os preguntaréis qué hago escribiendo en esta revista, y es que escribir en revista ajena no es algo que haga habitualmente. Bueno, vamos a no desviarnos mucho del tema que nos concierne, y es que al fin y al cabo el motivo por el que estoy aquí se encuentra en contínuo debate entre lo personal y lo periodístico.

 

Hace unas semanas, en este mismo medio pude leer cómo se alababa la »subcultura Emo» de las juventudes que tienden a reunirse en el Templo de Debod.

Hasta ahí todo bien; sólo cuando caes en la conclusión de que este puñado de niños de clase media-alta, de mayoría cis (no trans), blanca y heterosexual no son sub-nada, sino el conjunto de la cultura y la sociedad en la que quienes no somos emos también vivimos, puedes hacerte consciente del escueto análisis al que se ha sometido a esta excursión (casi diaria) de gente que, en el fondo, es más normativa que el jersey de Esperanza Aguirre, y más tóxica que una lata de refresco del tiempo en pleno mes de Agosto.

RELACIONES INTERPERSONALES TÓXICAS Y DE PODER.

En algunos ambientes del Templo de Debod las relaciones interpersonales se reducen a qué la otra persona puede conseguir de ti: algún trato de favor, venganza contra su peor enemiga/o (suelen tener varias/os), alcohol, algún tipo de estupefaciente (que muchas/os consumen abiertamente desde temprana edad, o cualquier otra forma de satisfacción personal. En otras palabras, es un entorno en el que vales lo que puedas ofrecer, no quien eres.

ROMANTIZACIÓN DE TRASTORNOS MENTALES, ENFERMEDADES Y NEURODIVERSIDAD.

La tónica general acerca de lo que a »salud mental» se refiere, es un angosto amasijo de basura romanticista, bucólico y capacitista vómito de opresión sobre aquellas personas cuya mente es diversa. En serio, emos, »otacos» (se que está mal escrito) o como queráis llamaros: ser neurodiversa/o es una mierda en una sociedad neurotípica. No es bonito, ni romántico.

 

RELACIONES SENTIMENTALES MONÓGAMAS, DE DEPENDENCIA Y VIOLENTAS.

Es curiosamente chocante como, en mis numerosas conversaciones con personas de este entorno, he llegado a la conclusión de que la tónica general es una contínua y constante negativa a deconstruirse cualquier forma de opresión, pero la que defienden a capa y espada es el privilegio de decidir quiénes son »suyas/os». En un sitio de (se supone) gente alternativa, joven y de este siglo, sorprende y mucho, cuándo en una relación (incluso si no es cis-hetero) se sigue apostando por modelos relacionales opresivos y negándose (en el caso de los chicos) a renunciar a su papel de dominación sobre la mujer, sea de la forma que sea. No os engañéis, muchos de estas/os »jóvenes del siglo XXI» tienen de activistas, de revolucionarias/os y de polémicas/os lo justo para escandalizar a las mentes más primitivas: un par de tatus, piercing y forma de vestir »llamativa» (según con quién les compares).

«No se puede esperar mucho de gente que consume música de artistas abiertamente misóginos»

El Templo de Debod es una máquina de machismo que ya no hay quien la pare.
Y lo peor es que muchos están orgullosos de ello.

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texto por: Magnus Regina Von C

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*Las opiniones de los post son las del propio autor y no tienen por que corresponder con la opinión de WAG1 MAGAZINE.

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