¿Ha llegado a su fin el reinado del fast fashion?
Muchas voces ya han designado a la moda inteligente 🗣👁 como sucesora de una industria que actualmente es hegemónica.
¿Cuánto hay de verdad en estas afirmaciones? ¿Podríamos estar hablando de una verdadera realidad? Muchos ya están imaginando cómo serán las tiendas de futuro. La personalización, los asistentes y la tecnología parecen marcar la tónica dominante en este sentido.
La moda inteligente parece posicionarse como la alternativa más clara de quienes quieran cosechar un éxito futuro en esta industria. 💥💬 Los consumidores han cambiado y la demanda se está transformando más rápido de lo que nadie podría haber previsto.
Los avances tecnológicos no solo están generan retos para adaptarse a estos diferentes hábitos de compra, sino que además, están desafiando a las propias marcas. Aquellos retailers que logren integrar el concepto smart fashion en sus estrategias, serán los que marquen la diferencia.
Y la diferenciación es siempre uno de los requisitos para atraer nuevos consumidores. 💖💫
Pero estos cambios llevan gestándose largo tiempo, y la moda inteligente no es más que un síntoma de lo que está por llegar.
En los ochenta es cuando se produjo en España una gran transición de las tiendas multimarca y grandes almacenes, lo quedo lugar a la creación de establecimientos propios.
De forma paralela, comenzaron a abrirse los primeros centros comerciales, alcanzando su auge en los noventa. La llegada del nuevo siglo trajo términos como producción en serie o fast fashion que ahora resultan de lo más familiar. Sin embargo, estos conceptos ya no funcionan. El consumidor, hastiado de la hiperproducción a la que se ve sometido, ha comenzado a buscar nuevas maneras de consumo.
Los hechos hablan por sí mismos. En los últimos 6 años, Zara ha cerrado 295 establecimientos en España, pero esto no se debe a que la marca haya sufrido pérdidas, sino al intento de implantar un nuevo modelo de negocio en el que se apuesta por reducir la cantidad de tiendas físicas a cambio de aperturas en high streets o ubicaciones estratégicas que favorecen los intercambios entre el mundo digital y el establecimiento físico.
De esta forma, ya vemos que el sector empieza a apostar por la concentración, o lo que es lo mismo, menos tiendas pero con una mayor superficie. 💛👘 Es decir, se está implementando la calidad frente a la cantidad.
🤖👾 Otras realidades como los asistentes dentro de la tienda o las pantallas en las que el consumidor puede probar las prendas aún están lejos de extenderse entre los gigantes del low cost. Pero a pesar de ello, todos los negocios están comenzando a cambiar. En esta carrera por la innovación, nadie quiere quedar el último.
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