Hablamos del cine de Michael Haneke.
Su objetivo no es contar historias que el público pueda llegar a amar.
Sino más bien todo lo contrario. 💥😷 Y es que, solo lo grotesco remueve conciencias.
Mis películas están hechas como estatutos políticos en contra del cine ‘facilón’ americano; pretendo que sean un desempoderamiento del espectador. Con mis filmes pretendo apelar a un arte que plantea preguntas, en lugar de falsas respuestas: cine que clarifique la distancia, en lugar de violar la cercanía; que provoque conflicto, y luego diálogo, en lugar de consumo y consenso – M. Haneke
El director de filmes de éxito como Funny Games (1997 y 2008) o La Pianista(2001), describe sus historias como descorazonadas y todo un atentado contra el establishment normativo. Y aquí repasamos cuales son las claves que han hecho de sus películas, obras maestras de culto y repulsión:
😇😥 Perfecta quietud
Sus historias siempre comienzan con una calma un tanto agotadora. Esa perfección pronto se torna pesadilla, y tanto los protagonistas como el espectador quedan atrapados, hasta el punto de odiar las ansias iniciales de alcanzar dicha excelencia.
La optimización absoluta lo inunda todo, desde relaciones familiares y ambientes, como los decorados o incluso la manera de desarrollar la violencia. UN VERDADERO ESPERPENTO!
🌪👽 Blancura y simetrías
De poco sirve que la acción esté maravillosamente ejecutada si dejamos cabos sueltos por el camino. Las mejores narraciones siempre son aquellas que se desarrollan en los entornos más propicios, y que contribuyen a generar un «todo» creíble. En los filmes de Haneke nada se deja al azar, y esto lo podemos observar en los interiores que se emplean para los rodajes. La mayor parte de las películas sucede en el interior de imponentes viviendas, en las que el color blanco, y los objetos simétricos, están siempre visibles.
De la misma manera, esta tonalidad también se ve reflejada en el vestuario elegido. ¿Casualidad? En absoluto.
🚪👁 Puertas y entornos asfixiantes
La pianista (), protagonizada por una brillante es una de sus películas donde más se incide en estos detalles. Aquí, los hechos se desarrollan casi siempre en espacios interiores, siempre con alguna puerta o ventana a la vista. Sin embargo, estas nunca se encuentran abiertas por completo, sino que solo podemos observar mínimas rendijas. Es la forma de transmitir la asfixia de la situación, por parte de Michael Haneke. Y consigue traspasar la pantalla.
💔🗯 Contraste cromático
Si antes hablabamos del omnipresente blanco, las películas de este director también dejan entrever otros tonos como rojos, amarillos y azules muy saturados, que contrastan de manera, casi violenta con la paleta soft que se había creado anteriormente. Lejos de inquietarnos, esto nos hace despertar por completo. No se trata de filmes oníricos, sino que muestran lo más vil del alma humana. El contraste cromático nos devuelve así a la realidad de la escena.
💫🔮 Magnetismo escénico
No hay nada más magnético que esa vileza mostrada por muchos de los personajes que dibuja Michael Haneke. Y es justo esa la mayor clave que encierran sus películas. Lejos de admirarlas, nos repugnan (tal y como pretende su creador). Eso es lo que hace que sean prácticamente imposible dejar de mirar.
¿TE MOLA SU CINE?
Además de las dos versiones de Funny Games, nosotros te recomendamos otros títulos de Haneke como Amour (2012), Happy End (2017) o El Séptimo Continente (1989).
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