Nuestros teléfonos móviles preocupan de nuevo.
El foco de la polémica se encuentra ahora en sus componentes y cómo estos pueden llegar a causar daños irreversibles en tu salud. 👾🤖
Usamos el móvil una media de seis horas al día, y esto hace que los mecanismos internos se sobrealimenten hasta llegar a causar una explosión. 💥😨 Sin embargo, los expertos aseguran que esta situación tiene una probabilidad extremadamente baja.
Pero no es eso lo que estamos escuchando últimamente.
Desde este verano, se han producido varios accidentes relacionados con explosiones cuyo origen solía ser un teléfono móvil. ¿Qué ha cambiado? ☠ ¿Son las baterías ahora de peor calidad? 📵 ¿Cómo se fabrican nuestros teléfonos? Y lo más importante, ¿están preparados los nuevos dispositivos electrónicos para el uso que hacemos de ellos?
Los hechos parecen confirmar lo PEOR: el uso excesivo llega a quemar las baterías y a dejar los dispositivos completamente inservibles. Sin embargo, existe otra causa, mucho más simple que podría ser el origen de todo el problema.
Las caídas y golpes a lo largo de los meses pueden quebrar el interior del teléfono sin que el usuario lo perciba. Muchas veces, si comprobamos que la pantalla no está rota y el aparato funciona con normalidad, damos por hecho que este sigue en perfectas condiciones de uso. 🙀🔊 Pero nunca prestamos atención a la batería.
El litio es una sustancia altamente inflamable y ligeramente explosiva cuando se expone al aire y agua. El interior de una batería contiene electrodos enrollados sobre sí mismos y es ahí donde se producen las reacciones químicas que permiten el transporte de electrones. Un excesivo aumento de la temperatura o un sobrevoltaje forma burbujas de oxígeno, dióxido de carbono y otros gases, que ocupan cada vez más espacio aumentando la presión, hasta el punto en el que el sistema no aguanta más y explota.
Esto, unido a un incremento de la temperatura como consecuencia del uso constante dobla las posibilidades de RIESGO.
¿LO SABÍAS?
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