Lo fácil es decir que Sofia Coppola es quien es (o mejor dicho, que ha llegado hasta donde ha llegado) gracias a su famoso apellido.
La directora es una de las grandes figuras femeninas del cine actual por su personalísimo estilo. La crítica es muy dispar respecto al verdadero valor artístico de la visión de la directora, pero su capacidad técnica y artística es innegable para todos, simpatizantes y detractores.
En todas sus historias encontramos elementos comunes y recurrentes. Analizándolos, comprendemos más el mensaje.
Paleta de colores pastel. Tonos rebajados.
La lente de Sofia Coppola parece bañada por el sol. Los tonos se rebajan. Así nos acerca a los personajes de forma sugestiva y detallista.
Movimientos lánguidos de cámara y secuencias largas
Ritmo lento. Probablemente, la razón de más peso por la que Sofia Coppola no es la directora preferida del cine comercial o del gran público. Véase el estatismo de algunas de sus secuencias, que siguen durante largos periodos de tiempo a los personajes.
Temas favoritos: Identidad y soledad
Los problemas de identidad en la edad adolescente (o en los primeros escalones de la edad adulta) y la soledad de los protagonistas: la esencia fundamental común a todas sus historias. Parte integral del enfoque estilístico de la directora.
El espacio es otro personaje. Amplio y opresivo al mismo tiempo
El lugar o espacio en las películas de Sofia Coppola es un personaje más. La situación de aislamiento en la que suelen encontrarse los protagonistas dotan al espacio de un protagonismo especial.
Más cerca del videoclip
La directora consigue que el sonido resulte indivisible de la imagen. No da más importancia a la imagen que al sonido, vaya. Muchas veces es la música lo que establece el ritmo del montaje, algo más propio de videoclip.
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