Los libros de historia del Arte están llenos hombres y apenas podemos encontrar a alguna mujer entre sus páginas. Parece que la historia la hubieran formado ellos porque son quienes la han escrito.
Pero ¿son los únicos que han formado parte de esta narración? NO.
Por eso, os enseñamos a tres artistas que deberías conocer.
¡Comenzamos!
Sofonisba Anguissola
Sofonisba Anguissola (1535-1625) fue la primera mujer pintora de éxito del Renacimiento. Trabajó en la corte de Felipe II y varias de sus obras fueron atribuidas a otros pintores como Juan Pantoja de la Cruz o Sánchez Coello.
En el Renacimiento las mujeres dependían de la ayuda de artistas (normalmente el padre o el esposo) para poder formarse. Mientras los temas mitológicos e históricos conquistaban los Salones, ellas fueron relegadas a pintar otros géneros como retratos o bodegones. El caso de Sofonisba es especial. Ella tuvo la suerte de pertenecer a una familia noble, pero ser mujer en una profesión de hombres no era tarea fácil. Anguissola demostró al mundo su talento para pintar retratos, innovó en el género y sorprendió por la viveza y expresividad que pudo transmitir en un género que era tan clásico como el retrato.
El juego de ajedrez es una de las pocas obras firmadas por ella donde destaca la posición que le da a la mujer, ya que crea una atmósfera de complicidad entre dos mujeres jugando y disfrutando del juego. Sin embargo, Vecellio pintando a Sofonisa puede que sea su obra más misteriosa y revolucionaria porque se trata de un doble retrato del hijo de Tiziano y ella misma que incluye a al espectador.
Fue admirada por sus coetáneos (Van Dyck, Miguel Ángel…), pero también tuvo la condena de caer en el olvido. Recordarla a ella y a todas es una tarea obligatoria. Gracias a esto, muchos museos han podido incluir su nombre de autora en lienzos atribuidos a otros.
Berthe morisot
Berthe Morisot (1841-1895) fue la primera pintora que formó parte del movimiento impresionista. Pertenecía a una familia acomodada y su educación se orientó a la música y las artes.
Es en el siglo XIX cuando aparecieron las primeras sociedades de mujeres artistas. Podían exponer, abrir su propio taller, ganar premios, etc. Sin embargo, seguían con situaciones laborales más difíciles. Berthe fue discípula del pintor Camille Corot, el cual le enseñó la técnica impresionista. Conoció a Manet en el Louvre y terminó convirtiéndose en una de sus modelos favoritas. Además, el hermano del pintor y Morisot llegaron a casarse y tuvieron juntos a Julie Monet, la cual aparece en varias obras. Paricipó en los Salones Oficiales y fue clasificada en la categoría de “artistas femeninas”.
El poeta Mallarmé la definía como «polvo volátil»: una pintura etérea, con figuras muy introspectivas y melancólicas pero que al mismo tiempo transmiten una alegría de vivir que produce satisfacción a quien las contempla, una pintura de gran delicadeza. Lo que está claro es que no podemos olvidar el nombre de esta artista ni a su forma libre, suelta y fragmentada de pintar.
LEE Krasner
Aunque en el siglo XX todavía se acusaban muchas diferencias entre ser artista siendo hombre o mujer, se lograron muchos objetivos. Gracias al derecho a voto, las mujeres pudieron acceder a escuelas de pintura o formar parte de los concursos (gestionados por hombres). Vamos a hablar precisamente de Lee Krasner (1908-1984), exponente del expresionismo abstracto en el siglo XX.
Se interesó por el arte y estudió en el único instituto de Nueva York donde las mujeres podían cursar estudios de arte. También estuvo en la escuela de Hans Hofmann, quien alabó su obra y dijo que “era tan buena que nadie diría que la ha hizo una mujer”. Debido a la marginación de las mujeres en arte, Krasner cambió su nombre de pila «Lena» al ambiguo «Lee». Abandonó la pintura al creer tener menos talento que su marido, Jackson Pollock. De ahí en adelanté trabajó gestionando la carrera profesional de Pollock y cuidando de su alcoholemia. La tendencia autodestructiva de su marido y el sistema patriarcal no le facilitó las cosas a Lee Krasner, la cual dijo en 1973:
“Es una pena que la liberación de la mujer no haya ocurrido 30 años antes en mi vida. No podía salir corriendo y hacer mi trabajo como mujer artista en un mundo tan sexista como el mundo del arte, no podía continuar con mi pintura y permanecer en el papel en el que estaba como Sra. Pollock.”
Pintaba con la técnica del dripping, ocupando grandes espacios con formas abstractas y refinadas. Tras la muerte de Jackson, las obra de Krasner se volvió apagada con tonos sombríos, dejando a un lado el fucsia y el verde esmeralda que tanto usaba entonces.
Como publicamos en 5 EXPOSICIONES que DEBES ver durante 2019, recuerda que puedes ver la exposición Lee Krasner: Living Colour del 30 de mayo al 1 de septiembre de este 2019
Aunque la obra artística de las mujeres parezca inexistente, no lo es. Se ha visibilizado a una ínfima parte de ellas y, a consecuencia, es nuestro deber rendirles homenaje.
Texto: Laura Gracia